miércoles, 18 de agosto de 2010

Salivando



Esta mañana me he levantado pensando en comer.
Con hambre verdadera. Ni ansiedad, ni gula, ni capricho, hambre-hambre.
Como la que notaba cuando daba el pecho a mis hijos, esa que me hacía sentir como Obelix relamiendo una pierna de jabalí a todas las santas horas.

Tenía hambre (esta mañana) y me hubiera comido casi lo que fuera. Me ha hecho consciente de lo que me gusta comer. El placer de comer, de degustar, de paladear.

Pensaba en la leche, que me encanta, fresca, blanca, opaca. Si es de la del día, un auténtico manjar. Unas tostadicas, de pan bueno...el pan, ay Dios, si es bueno! Tostadas con tomate restregao, sal y aceite. Tostadas con aceite y miel. Tostadas con mantequilla y sal. Tostadas con aceite y mermelada de moras que hace mi padre.

La tortilla de patatas. Cada uno tiene la suya. La mía es con patatas y cebolla fritillas, no cocidas, tierna pero no cruda, templada. Con tropezones de patata y cebolla doraditos....

Pienso en arroz, en paella, pienso en caldero, con aliloli.
Un guiso, unas lentejas, o un cocido, un potaje de garbanzos con espinacas.
Parece la canción de "Con las manos en la masa"...pero es que empiezo a tirar del hilo y me inspira una cosa tras otra.
Un gazpacho del bueno, una pasta al dente, cualquiera, con sofrito casero, con pesto, con parmesano lascado, con trufa olorosa.
Un solomillo con su sal crujiente, un chuletón, una dorada a la sal...el rape, ay madre el rape!

Y un plato de papas fritas con huevos? Hay algo mejor?... Es lo que quería poner en mi boda, pero me convencieron que no era lo adecuado.
Por que no me convencieron de que otras cosas tampoco eran las adecuadas?

Un habitas tiernas, unos boquerones fritos, un bocata de calamares, un bocata de tortilla en el campo...

Que gusto disfrutar de todo. Que gusto de verdad.

Es que me gusta la pizza, la fina italiana y la guarrindonga del Domino´s, y el Big Mac, y el Whopper.

Y del helao ya ni hablamos...Mi Häguen del alma, o el de yogur, chocolate, turrón...

Un tiramisú de calidad, con el mascarpone y el cacao, una tarta de queso, notodas, eh?, que para esto soy mas especial, ayyyyy y se me viene a la mente las croquetas, esas croquetas que hace mi hermana.

Unas carrilleras, o unas fabes con almejas. Jamón, brillante y oscuro, jamón y pan con ajo restregao. Un sofrito de tomate, cuando el aceite sube arriba, con su albahaca...

Todo me lo como. Siendo de calidad, habiéndose preparado con cariño, alimenta mi espíritu.

jueves, 12 de agosto de 2010

Swinging


Un 12 de agosto corro en Aguadulce (Almería) a las 7:50 de la mañana.
No estoy bien, emocionalmente me refiero, pero decido correr para aliviar mi alma.
No hace calor, tampoco fresco. El camino transcurre paralelo a la playa, primero el paseo marítimo, y luego un carril bici que lleva de Aguadulce a Roquetas.
El sol esta casi tocando el agua, anaranjado, y el mar y el cielo tienen el mismo color, un azul tan pálido y claro q parece casi blanco.
Empiezo a sudar. En el Ipod, el aleatorio de canciones parece animarme lanzando canciones con significados especiales. Intento no llorar.
Hay gente corriendo, no demasiada, hay mas andando, casi siempre en grupos, señoras mayores, gente con perros.
Paso de una cosa a otra en mi cabeza, cosas absurdas y cosas importantes. Me viene a la cabeza Haruki Murakami "De que hablo cuando hablo de correr" (gracias Víctor).
Pienso en la carta que he escrito a mi madre al ser incapaz de hablar con ella. Pienso en lo que me duele su silencio, la falta de un comentario o una respuesta.
Es dificil transmitir que no podía seguir viviendo día tras día el desamor, que la ausencia de afectividad cotidiana puede destrozar una relación.
Pero eso lo aguanta todo el mundo. Y yo debo ser una caprichosa.
I found my love in Portofino, me dice Pink Martini desde el Ipod. Y yo aguanto con muecas las ganas de llorar y me seco el sudor con la mano, si es que eso es posible.
Tan dificil es entender que lo único que quiero es amor continuo? Amor a mares. Amor abierto 24 horas?
No quiere hablar. Pues no hablaremos.
Doy la vuelta y una imagen, desde lejos, capta mi atención. A medida que me acerco y corroboro lo que había intuído una sonrisa se dibuja en mi cara sudorosa.
Corro por el paseo marítimo, a la izquierda palmeras y banquitos, a la derecha la arena de la playa, el mar y el sol, la playa vacía, son las 8:20, en la propia arena de la playa hay un parque infantil, un tobogán, dos columpios y un sube y baja. Alguien se columpia, y no de una forma suave, sino con ímpetu, de una manera aniñada. Es una señora, de unos 50-60 años, de las que andan, sola.
Me gusta la escena. Es un guiño?
Así lo tomo. Me siento fuerte, aún quedan unos 5 km, pero me siento volar.