Hoy he ido a correr después de muchas semanas sin hacerlo.
No tengo tiempo para hacerlo rutina, y me pesa, pero menos es nada.
El aire estaba fresco. El cielo luminoso. Pensaba en todo lo que sabemos y no aplicamos.
En mantener un dialogo interior positivo, en ver la botella medio llena, en visualizar siempre un final feliz.
Ríe, salta, canta, haz locuras.
Cuando mi hija esta enfadada, cuando entra en una espiral y ni ella misma sabe porqué, cuando sé que quiere salir de ahí pero su propio orgullo se lo impide, la abrazo, me agacho y pongo la cara a su nivel, mírame, le digo y le sonrío. Hazlo tú, eres mi espejo, le apunto, y ella, fuerza una sonrisa artificial, pero yo sigo, y al final me sonríe abiertamente, con sus dientes enormes desordenados, entre aparatos y dientes de leche, y nos abrazamos.
A veces basta con forzar una sonrisa en soledad para sentirnos mejor con nosotros mismos.
Cuando volvía de correr, bajo un enorme castaño, alguien había dejado una enorme pajarita de papel de periódico, toda derecha. Me ha hecho sonreír.
No tengo tiempo para hacerlo rutina, y me pesa, pero menos es nada.
El aire estaba fresco. El cielo luminoso. Pensaba en todo lo que sabemos y no aplicamos.
En mantener un dialogo interior positivo, en ver la botella medio llena, en visualizar siempre un final feliz.
Ríe, salta, canta, haz locuras.
Cuando mi hija esta enfadada, cuando entra en una espiral y ni ella misma sabe porqué, cuando sé que quiere salir de ahí pero su propio orgullo se lo impide, la abrazo, me agacho y pongo la cara a su nivel, mírame, le digo y le sonrío. Hazlo tú, eres mi espejo, le apunto, y ella, fuerza una sonrisa artificial, pero yo sigo, y al final me sonríe abiertamente, con sus dientes enormes desordenados, entre aparatos y dientes de leche, y nos abrazamos.
A veces basta con forzar una sonrisa en soledad para sentirnos mejor con nosotros mismos.
Cuando volvía de correr, bajo un enorme castaño, alguien había dejado una enorme pajarita de papel de periódico, toda derecha. Me ha hecho sonreír.