jueves, 9 de diciembre de 2010

Maneras de sentir


De vivir y de querer.
Y es que como dice Fito, la vida es una manzana y en cada boca tiene un sabor.
Dicen que las parejas de diferentes clases sociales o de diferente nivel cultural no suelen funcionar. Dicen que al final las diferencias afloran y separan porque los vacíos no los llena el amor, que al final se extingue. Aún no tengo claro si yo soy de las que piensan así (aunque no sea políticamente correcto) pero lo que si tengo claro es que las parejas, para persistir en amor (hadas) han de tener parecidas formas de querer.
Porque no todos queremos de la misma manera.
Y al final, si la forma en que te quieren es muy distinta a como tu quieres, aunque al principio pueda atraer, o sorprender, termina por levantar sospechas y por hacer que no te sientas querido.
La razón de mi separación no ha sido otra que la de no sentirme querida. Una relación de 17 años, con un proyecto de vida y dos hijos, malograda por no sentirme querida. Un principio por mi parte tan lleno de amor, con tantas ilusiones, que tapaba su sequía.
Y ahora, después de separar los caminos, he comprendido que el sí me quería, pero de una forma muy distinta a la mía. De una forma válida, pero distinta, y eso me hizo desgraciada días, meses y años.
Él me quería sin besos, sin abrazos, sin caricias. Él me quería sin frases, sin te quieros, sin detalles. Pero me quería. A su forma. Espartana, seca, árida. Y yo me sentí rechazada, me sentí sola, lejos y sola. Y no me valió esa forma de querer, respetable como cualquier otra.
Y en mi camino se me cruzó un día la alegría. Mis ganas toparon con las suyas. Mis frases, con sus frases, y mis detalles con los suyos. Y como en cualquier principio creí que todo podía salir bien. Él también valoraba el afecto, el roce, las sonrisas y las palabras. Él también necesitaba mails y mensajes, llamadas y te quieros.
Sin embargo la templanza del tiempo me ha revelado una forma de querer también distinta.
Muy parecida a la mía cuando está, pero no siempre está. Y al principio era siempre o casi siempre, y sin embargo ahora es de vez en cuando o de vez en poco.
No sé si soy el kit kat de sus necesidades o si sus necesidades son el kit kat de mi compañía.
Me gusta su forma de querer, pero no siempre quiere. Quiere en los paréntesis de sus amigos, de sus cañas o de sus festivales.
Y cuando no quiere, pasamos tan rápidamente del todo al nada, que la inercia me hace llamarlo para encontrar una respuesta a sus silencios. "No pasa nada". Y sé que es así. Sé que para él no pasa nada. Estoy de fondo de armario y vendrá a mí porque me quiere. A su manera. Con un querer que va y viene, y que a la vez permanece, sí, pero que me hace insegura y triste otra vez.
Y me gustaría querer así, con menos intensidad , con mas vaivenes y menos dependencias.
Pero yo quiero constante. Yo quiero compartiendo. Yo quiero haciendo planes.
Y me temo que otra vez no va a valer. Mira que quería que valiese. Mira que tenía ganas. Y esperanza.

3 comentarios:

  1. Somos física, química, biología, historia, lenguaje, literatura, ética, moral, religión, costumbres, filosofía, ingeniería, medicina, matemáticas, conocimiento del medio, plástica, música, ed. física, leer, escribir, bailar... Comida y besos. Descanso y sueños. Higiene y "pureza". Sexo y "volar". Salud y confort. Cuerpo y alma. Cuando te enamoras parece que con volar es suficiente. Luego el estómago y demás vísceras y órganos y responsabilidades imponen su ley. Hace falta un cómplice que lo mismo quite la ropa que desnude el alma. ¿Dónde está? ¿Y yo, qué soy?
    No sé ninguna de las dos cosas. Hago lo que puedo.

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  2. Sobre la pintada:

    ESA ES LA PUTADA. Y YO CON ESTOS PELOS...

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